Ensayo sobre la muerte.

La muerte es el punto culmine de la vida, muchos creen, el principio de una nueva etapa…

Sin embargo, la mayoría de las personas no le dan la importancia que merece.

Uno ve a la muerte como algo lejano, imposible para uno, como una palabra tenebrosa, una eterna compañera que nos persigue, sabiendo que al fin no podremos escapar de ella.

Y si bien vemos morir gente todos los días no caemos en la realidad hasta que nos toca de cerca con algún ser querido.

Pensar en la muerte nos produce dolor, odio, tristeza, melancolía y nos hace sufrir a destiempo.

La importancia de asumir la muerte y tomarlo como parte de nuestras vidas, es fundamental para poder aprender a valorar cada momento de la vida, cada cosa que tenemos, cada logro, a cada ser querido, ¿Por qué solemos darnos cuenta de todos esos valores cuando la muerte nos golpea?. Si tomáramos a la muerte como algo natural, con el respeto que requiere aprenderíamos a tener una mejor calidad de vida lo que no significa que tengamos que estar obsesivamente pendientes de ella.

Hay un dicho que dice: “La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.”, entonces, tendríamos que empezar a ser y dejar de sentir miedo a la muerte. Sentirnos “eternos” nos tranquiliza y hace que vayamos postergando decisiones importantes de nuestras vidas, con pequeñas frases como “…si todavía tengo tiempo.”, “¿Para qué ahora si soy tan joven?”, “Si aún tengo toda la vida para hacerlo”.

¿Es verdaderamente tan real? ¿Por qué esperar a ser sorprendidos por ella en vez de aprovechar cada minuto que nos regala? ¿Acaso esa manera de pensar nos ayuda a evitarla y escapar de ella?, Freud decía “La meta de la vida es la muerte.”, entonces, tratemos de llegar a esa “meta” aprendiendo a pasar obstáculos, sin preocuparnos por los errores si no aprendiendo ellos, disfrutando de todo lo que la vida nos brinda y la muerte nos priva.

No quiero decir con esto que crea que debamos vivir pensando en que vamos a morir, si no que aprendamos a no solo pasar por la vida si no dejar una huella para que no sólo nuestra muerte sea eterna, si no nuestra vida también.