que el fuego mismo de pasión alimentó,
que en el remanso de la noche impostergable,
nos avergüenza seguir sintiéndolo.
Poco a poco, fuimos volviéndonos locos,
y es el vapor de nuestro amor,
nos embriagó con su licor,
y culpa al carnaval interminable,
nos hizo confundir, irresponsables.
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